El nuevo “consumidor” de viviendas

El nuevo “consumidor” de viviendas

 

A pesar de tratarse de un sector bastante conservador en relación a los cambios, lo cierto es que la construcción también renovándose a caballo de las nuevas tecnologías y necesidades, y también, por supuesto, los nuevos perfiles y hábitos de los ciudadanos como consumidores de viviendas. Sí, se trata básicamente de encontrar una casa donde vivir a gusto, como siempre, pero hoy en día el consumidor se ha vuelto muy selectivo.

Nos encontramos que poco a poco el cliente reclama más y más protagonismo en la compra de su vivienda, siendo especialmente cuidadoso en la elección de sus características. Para muchos nuevos compradores, ya no sirve cualquier vivienda, y si quieren aventurarse a hacer una gran inversión, lo que piden es el máximo de garantías, de calidad, y que la vivienda se aproxime lo más posible a aquel que siempre han soñado.

Cada uno tiene sus preferencias y su personalidad, y la vivienda es una pieza clave en el puzzle de su vida. Algunos prefieren plantas bajas, otros áticos. Para algunos es importantísimo una terraza donde poder cenar en las noches de calor. Hay quien quiere grandes estancias sin paredes claustrofóbicas, y sobre todo, que la vivienda sea eficiente energéticamente. Escaleras de madera o de hierro? Ventanas grandes o pequeñas? Techos altos o bajos? En fin, cada uno tiene sus preferencias, que evidentemente, buscan conciliarse con las expectativas de gastos que se quieran hacer.

El cliente reclama más y más protagonismo en la elección de su vivienda Clic para tuitear

En todo caso, ante este incremento de exigencia del comprador, las empresas tienen la oportunidad de responder con mayor o menor destreza, abriendo sus proyectos a la participación y elección del consumidor de los diferentes elementos de la vivienda. La digitalización de los proyectos juega el papel de hacer posible que los consumidores puedan colaborar de forma activa, mediante la interacción, con ciclos de propuesta-acuerdo para los diferentes elementos del hogar, y también, la comprobación de que el proyecto crece siguiendo los criterios deseados.

Nos encontramos, por tanto, ante un cambio de postura, con la que que el mercado de viviendas deja de ser dirigido por la oferta, sino que es la propia demanda que exige viviendas a medida. Hay por tanto, incentivar medios para ligar las preferencias de la demanda con las posibilidades de la oferta. En este sentido, incorporar elementos como los “front office”, resultan favorables a la consecución de un diálogo a menudo imprescindible para vender las viviendas, sobre todo cuando hablamos de viviendas de lujo. De una manera u otra, de lo que se trata es de permitir al consumidor de modelar su vivienda en la medida que se pueda ofrecer, garantizándole las características y calidad que busca específicamente para su futura vivienda. Las empresas que comprendan esta nueva demanda y le den respuesta, tendrán mucho que ganar.

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